Vos deixem una nota de premsa sobre la conferència inaugural del master en drogodependències de la UV

 "Hay 64 enfermedades por el consumo moderado de alcohol y sigue sin percibirse el riesgo”

PACO CERDÀ – VALENCIA | LEVANTE – El Mercantil Valenciano – 27.10.2015

Drogodependencias: El catedrático Julio Bobes inaugura el Máster en Drogodependencias de la UV y pide dejar de banalizar la ingesta etílica – Avisa del efecto en cerebros jóvenes

Un profano en la materia esperaría oír hablar de cocaína, heroína, pastillas o cannabis en la apertura del Máster en Drogodependencias de la Universitat de València, inaugurado ayer. En cambio, lo que centró el discurso inaugural del catedrático de Psiquiatría y presidente de la Sociedad Científica Socidrogalcohol, Julio Bobes, fue el alcohol. Sigue siendo el mayor foco de adicción. El 21,6 % de los españoles presenta niveles de riesgo moderado, alto o muy alto. En cambio, tres de cada diez personas con un comportamiento de alcoholismo que ya es de riesgo considera admisible su nivel de consumo, señala Julio Bobes. Hace falta dejar de banalizar el consumo de alcohol. «Hay 64 enfermedades relacionadas con el consumo moderado de alcohol. La gente conoce los problemas de hígado, los temblores, las náuseas y vómitos. Pero no saben que el cáncer de boca tiene mucha relación con el alcohol. O el impacto de las enfermedades coronarias, las cardiomiopatías? Porque el alcohol es tóxico y afecta a todos los sistemas del organismo. Va quemando todo el sistema digestivo», explica.

El umbral de consumo de alcohol diario a partir del cual ya se considera un factor de riesgo está fijado en 5 unidades de bebida estándar al día (por ejemplo: tres cañas de cerveza y dos chatos de vino de 100 ml; o una copa de alcohol fuerte, un carajillo y dos cañas). Para las mujeres „por su metabolismo„ el umbral baja a cuatro unidades diarias.

Impacto del «botellón»

En un país con el 22 % de abstemios „los estudios les atribuyen mayor estabilidad familiar, laboral y desarrollo profesional„, hay otro foco de preocupación que destaca el profesor Bobes: el consumo etílico entre los jóvenes. Más allá de datos, alerta de un aspecto: el cerebro de una persona no termina de madurar hasta los 24 años y el alcohol es neurotóxico. Mucho más si es ingerido en atracón. Por ello si no reducimos el impacto del botellón «nos estamos cargando una parte del patrimonio neuronal, puesto que el cerebro de muchos jóvenes no alcanza el desarrollo esperado porque el alcohol ingerido le ha puesto zancadillas neurotóxicas».